Las ciudades proliferan como los elementos más comunes en la organización del territorio a la hora de analizar la población y así se augura que sea en el futuro. Bien sean inteligentes, sostenibles o creativas, necesitan de unos sistemas de gestión bien desarrollados y certeros. Los Sistemas de Información Geográfica o SIG se constituyen como una herramienta fundamental para ordenar, clasificar y planificar sobre la ciudad. Existen numerosos casos de éxito en el manejo de los SIG para la gestión de las urbes y se encuentran en constante aumento. En España contamos con buenos ejemplos de ellos y somos referentes en materia de smart cities o ciudades inteligentes a escala internacional. La creación ingente de datos en la ciudad hace que se haga prioritario conocer cómo gestionar adecuadamente la información para después tratarla correctamente y sacar el máximo partido de ésta. La mayor parte de estos datos tiene un lugar en el espacio, en el territorio y es esto lo que posibilita a los SIG que sean una base de datos potente, práctica y versátil para la ciudad. Existen multitud de aplicaciones para estos sistemas de información y, en nuestro mundo actual, en el que tanta importancia se le da a la movilidad, numerosas app o aplicaciones móviles basadas en la localización para conseguir los cometidos que tanto la Administración como el usuario se proponen.
La Ciudad Inteligente, un nuevo paradigma de ciudad
La ciudad inteligente, o smart city, es uno de los términos que mayor expansión ha tenido a la hora de referirse a un nuevo modelo de hacer ciudad. Una de las definiciones “clásicas” y generalmente aceptada para las ciudades inteligentes podría ser la de aquella ciudad que usa las tecnologías de la información y las comunicaciones para hacer que tanto su infraestructura crítica como sus componentes y servicios públicos ofrecidos sean más interactivos, eficientes.
Frente a esta visión que carga la ciudad sobre un apoyo tecnológico, existe una corriente más humanista. Ciudades que aplican la limitación de recursos, la sensibilidad por la eficiencia en su uso y la adecuada gestión de los vectores ambientales que determinan el buen funcionamiento de las ciudades, tienen el objetivo de proveerla de una infraestructura que intente garantizar un desarrollo sostenible, un incremento de la calidad de vida de sus ciudadanos, una mayor eficiencia de sus recursos humanos y energéticos. Resumidamente, se trata de usar la tecnología en beneficio de la población.
Para que una ciudad inteligente triunfe, tiene que superar el concepto de ciudad como organización administrativa y convertirse en territorio inteligente que venga de la mano de determinadas características ambientales, sociales, económicas, culturales, donde se ponga de manifiesto la importancia de la ciudadanía. Una ciudad puede abordarse desde ámbitos donde la ciudadanía no tenga concurso ninguno, o bien desde un prisma de territorio urbano con una perspectiva que incluya a la población del mismo.
Ciudades Inteligentes en España
Este nuevo paradigma de ciudad, que en España ha encontrado gran aceptación, debe buscar el punto exacto para conjugar el uso de la tecnología, con la mejora de la habitabilidad y experiencia en la ciudad. La Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI) empezó a gestarse en junio de 2011 con la firma del “Manifiesto por las Ciudades Inteligentes. Innovación para el progreso”, cuyo compromiso era crear una red abierta para propiciar el progreso económico, social y empresarial de las ciudades a través de la innovación y el conocimiento, apoyándose en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Desde su creación, paulatinamente se han ido añadiendo municipios a esta Red, siendo hasta la fecha 65 los integrantes.
Su objetivo principal es el de intercambiar experiencias y trabajar conjuntamente para desarrollar un modelo de gestión sostenible y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, incidiendo en aspectos como el ahorro energético, la movilidad sostenible, la administración electrónica, la atención a las personas o la seguridad.
En una smart city la información se captura al instante, integrando “digitalmente” a las personas con su entorno. El espacio digital y el físico se recombinan en la ciudad de manera que la smart city constituye un primer paso de la internet de las cosas y, por extensión, de la internet del futuro. La ciudad conforma un entorno especialmente complejo, en el que se integra una amplia gama de infraestructuras y servicios interrelacionados. La mayor parte de ellos son imposibles de gestionar sin las TIC y, desde luego, la interrelación solo puede ser efectiva con el apoyo de las nuevas tecnologías.
Pero las tecnologías no pueden ser la clave ni el factor dominante, sino un mero elemento de apoyo, por muy valioso que este sea. La clave está en la innovación y en el talento humano. Y el referente principal debe ser siempre el ciudadano.
La Ciudad como generadora de datos
En los últimos años, gracias a las tecnologías de la información y comunicación, la forma en que se estudian las ciudades ha cambiado. Hasta hace pocos años los datos que se trabajaban de las ciudades y de los ciudadanos eran estáticos. Densidades de población, niveles de renta, grandes flujos de desplazamiento, geoposicionamiento de infraestructuras. Hoy en día, podríamos decir que esto suponía un conocimiento muy somero de la realidad de la ciudad.
La ciudad inteligente busca aunar las tecnologías de la información y la comunicación para incrementar el funcionamiento y gestión de la ciudad, siendo más eficientes, competitivas, y aportando nuevas soluciones para dar respuesta a problemas de sostenibilidad y degradación ambiental. Con las TIC podemos percibir la naturaleza interna de las dinámicas urbanas y abordar con mejores herramientas, conocimientos y capacidades la toma de decisiones.
La ciudad es una gran generadora de datos. Las nuevas tecnologías nos permiten ampliar el zoom y disminuir la escala. Las ciudades buscan mejorar la tecnología de la información para concebir mejor lo que sucede en la ciudad, cuales son los comportamientos de la gente, de las empresas.
El máximo nivel en la creación de datos en la ciudad se encuentra en la información ubicua (Ubiquitous Information): se asocia con el nivel superior de madurez (conectado). Se consigue cuando, en cualquier momento o lugar, información a medida es entregada de forma proactiva a los ciudadanos (sólo aquellos que lo desean), sin necesidad de ir ellos mismos a buscarla. Tanto el alojamiento ubicuo de los datos como la conectividad de cualquier sensor -el internet de las cosas- son los pilares sobre los que se sustenta este nivel de madurez: al combinarse con los perfiles de los ciudadanos habilita la información a medida. La información se organiza a través de plataformas abiertas y seguras y empresas privadas y públicas que pueden acceder a dicha información a través de mecanismos que permiten innovar y optimizar sus operaciones (Tecno, 2012)
Actualmente ya existen dispositivos que nos permiten saber en tiempo real, por ejemplo, qué calles tienen aparcamientos libres, cuales son los niveles de CO2 en cada punto de la ciudad, qué ruta elegir en función del tráfico con el consiguiente ahorro de combustible y reducción de la contaminación.
Las TIC son un eje vertebrador de la ciudad como hace algunos años lo eran el urbanismo tradicional. Los sistemas de información no solo permiten capturar la información de la ciudad de una manera más eficiente, sino que ofrecen una información en tiempo real al ciudadano, permitiendo que pueda mejorar su calidad de vida.
Algunas de las herramientas TIC que son utilizadas frecuentemente en las smart cities son: portal multiacceso (web, TV, internet móvil, canal telefónico, etc.), smart cards o tarjetas inteligentes para el acceso a algunos de los servicios de la ciudad, servicios de atención telefónica o presencial, puntos municipales inalámbricos de conexión WIFI, sensores distribuidos por la ciudad que recopilan y tratan la información (aparcamiento, alumbrado, tráfico, control ambiental, residuos y papeleras), información en tiempo real del tráfico, el transporte público, etc. (Enerlis, 2012)
Todas estas y otras muchas acciones urbanas que permiten tomar decisiones tienen un común denominador que es que se realizan en un punto concreto del territorio. La ciudad es ante todo un espacio geográfico muy complejo. Su pueden analizar desde grandes dinámicas de movimiento diario de la periferia al centro, hasta dinámicas más concretas como las líneas de deseo urbano.
Todo hecho ocurrido en la ciudad puede localizarse. Desde qué calles están congestionadas, la cantidad de desechos que tiene cada contenedor, en qué espacios de la ciudad los niveles de polen pueden suponer un problema para personas con problemas respiratorios, el tiempo que tarda el autobús público hasta la parada donde te encuentras, qué espacios cubren la red Wi-Fi de la ciudad o la disponibilidad de puntos de recarga de vehículos eléctricos.
Al respecto, surgen dos cuestiones principales en torno a la gestión de los datos, ¿cómo adquirir los datos? y ¿cómo procesar los datos?
La adquisición de los datos en la ciudad
Uno de los congresos más importantes sobre Ciudades Inteligentes a nivel mundial se realiza en España, Smart City Expo World Congress. Un tema central del mismo es el análisis de las plataformas para la adquisición de datos (tecnología de multisensores, informática móvil, cloud sourcing, aplicaciones 3D, posicionamiento de satélites). Como señala Carlo Ratti, director del laboratorio Senseable Cities Lab del MIT, “estamos construyendo una copia digital de nuestro mundo físico”, cada vez más valores en la realidad tienen una correspondencia digital (Wakefield, 2013).
Sensores urbanos
Una de las revoluciones de las smart city ha sido la “sensorización” de la ciudad, en algún caso discutida por llenar las calles de elementos electrónicos que pueden afear la estética urbana, o que pueden suponer con el tiempo un sembrado de artilugios electrónicos sin uso. Como fuere, muchas corporaciones municipales han elegido sectores en los que probar estas tecnologías.
Una gran variedad de terminales eléctricos están siendo creados para tomar controles ambientales en las ciudades, creados a partir de plataformas de hardware libre; adquieren datos sobre polución, elementos alérgenos, temperatura, humedad, nivel de CO2,, entre otros. En España, una de las ciudades que más fuerte ha apostado por la sensorización es Santander con el proyecto europeo SmartSantander que se enfoca a la obtención de información medioambiental, el control lumínico, los aparcamientos en superficie y el sistema de riego inteligente.
- Sensorización estática: se trata de los sensores que se encuentran instalados en un punto fijo de la ciudad, desde el que recogen los datos correspondientes, como los sensores de detección de plazas de aparcamiento libre, que se instalan debajo del asfalto y transmiten la ocupación o no de la plaza, o los sensores de riego inteligente que capturan datos de humedad relativa y temperatura del suelo y en función de ello se riega con determinada intensidad en las zonas verdes de la ciudad.
- Sensorización dinámica: en este caso, los sensores se instalan en elementos que están en movimiento, como los vehículos policiales, los del servicio de limpieza o los taxis, por lo que recogen información en numerosos puntos de la ciudad, generando un mapa ambiental.
Tarjetas ciudadanas
La proliferación de las tarjetas ciudadanas que engloban en una misma tarjeta multitud de servicios como inscripción en cursos, reserva de espacios deportivos, acceso a piscinas y uso de bibliotecas, estacionamiento ORA, uso de baños público o utilizar los servicios de préstamo de bicis o el uso de transporte público, son una fuente ilimitada de información. Uno de los aspectos más estudiados de estas tarjetas son los desplazamientos de usuarios de bicis y transporte público, donde cabe analizar la frecuencia de uso de rutas y destinos, origen y llegada de los desplazamientos, rutas críticas o evaluar el impacto de diversos eventos urbanos sobre la movilidad.
Redes Sociales
Actualmente las redes sociales son la mayor fuente de datos para conocer sobre qué habla la gente, en qué momento, desde dónde. Cada vez que usamos las redes sociales bien sea consultándolas, o publicando contenido, dejamos información geolocalizada. Las principales redes sociales tienen sus propios servicios de explotación de información espacial, como el estudio Data Science de Facebook, donde investiga el fenómeno de las migraciones de población, o Twitter con su proyecto Every Day Moments, que analiza las interacciones diarias temática y espacialmente.
Existen también otras fuentes de datos relacionados con las dinámicas urbanas, como el uso de tarjetas de crédito y terminales de pago. Conocido es el estudio Big Data BBVA que permitió analizar el comportamiento durante un fin de semana de miles de turistas en Barcelona, ya que a pesar de trabajar con datos agregados, sí se pueden diferenciar factores sociodemográficos como edad, sexo o país de procedencia.
También cada vez más los Ayuntamientos están creando portales de datos abiertos, liberando información anteriormente restringida, para aumentar la transparencia de la administración municipal, e incrementar la participación de empresas y ciudadanos.
En definitiva, actualmente las TIC se convierten en una herramienta fundamental en las ciudades y la big data o acumulación de datos masivos a gran escala, en la piedra angular de las smart cities.
Si aunamos al ingente volumen de datos que se hace necesario analizar en las ciudades hoy en día, que estos son de múltiples fuentes y tipología, mucho de ellos sin estructurar, y que en muchos casos influyen directamente en servicios de emergencias y médicos que demandan una rápida capacidad de gestión, tenemos los tres vectores que definen a un proyecto de big data. Gran volumen, capacidad de gestión y velocidad para obtener respuesta.
¿Cómo procesar los datos? lo veremos en una próxima entrega en «momento.digital», también la representación de los mismos la mejora de la ciudad a través de los SIG ;)
Bibliografía
Enerlis, Ernst and Young, Ferrovial and Madrid Network (2012): Libro Blanco Smart Cities.
Olaya, V. (2011): «Sistemas de Información Geográfica», Versión 1.0 – Revisada el 25 de noviembre de 2011.
Tecno – Cercle Tecnològic de Catalunya (2012): «Hoja de Ruta para la Smart City», febrero 2012.
Pérez, Mª J.; López-de-Larrínzar-Galdámez, J.; Fernández-Ruiz, Mª J.; Morán-Plo, V.; Rodrigo-Cardiel, P.; Usón, M. (2013): «Infraestructuras de Datos Espaciales como eje central del desarrollo de las Smart Cities». Actas de las IV Jornadas Ibéricas de Infraestructuras de Datos Espaciales (JIIDE’2013), Toledo, 13-15 de noviembre de 2013.
Wakefield, J. (2013): «Ciudades del mañana: cómo el Big Data está cambiando el mundo». BBC, agosto 2013.
Referencias Web
RECI (Red Española de Ciudades Inteligentes)
Smart City Expo World Congress
Fotografía de Rafal Buch.