Los datos en temas de movilidad son una de las prioridades de las iniciativas de datos abiertos.
No se deben confundir los términos movilidad y transporte, muchas veces se utilizan erróneamente. La movilidad es un concepto mucho más amplio y, los datos (abiertos) en esta materia, abundan.
La información en temas de movilidad son una de las prioridades de las iniciativas de datos abiertos. Las ciudades tienden a fomentar el desplazamiento a pie, la bicicleta o el uso del transporte público colectivo para reducir el tráfico y la consiguiente contaminación para los ciudadanos, por ello el tener acceso a esta información abierta no es baladí.
Existen datos de todos los medios para la desplazarse: peatón, bicicleta, transporte privado y público, que deben fomentarse en ese orden y explotarse. La información de transporte es útil para terceros -para construir aplicaciones y servicios por encima de ella-, pero también para los propios gobiernos.
La movilidad va más allá que el transporte. El objeto de la movilidad es el movimiento de las personas, también de mercancías, independientemente del medio que utilicen para desplazarse: a pie, en bicicleta, transporte público, automóvil, etc. Esta característica hace que la movilidad sea un término mucho más amplio que transporte, que muchas veces se utilizan indistintamente. Transporte se refiere a los medios mecánicos que se emplean para trasladar a las personas -básicamente vehículos motorizados-, excluyendo peatones o la bicicleta.
En datos abiertos debemos contemplar todos los medios de desplazamiento, todas estas modalidades puesto es amplio el abanico de informaciones que se nos ofrece por parte de las administraciones en materia de movilidad y susceptibles de ser explotados. Donde no existan datos acerca de transporte, se pueden y deben generar.
Además, los datos en temas de movilidad son una de las prioridades de las iniciativas de datos abiertos. Las ciudades tienden a fomentar el desplazamiento a pie, la bicicleta o el uso del transporte público colectivo para reducir el tráfico y la consiguiente contaminación para los ciudadanos, por ello necesitamos tener acceso a estas informaciones y poder cruzar datos.
La información en movilidad es útil para terceros —para construir aplicaciones y servicios por encima de ella—, pero también para los propios gobiernos.
La información de transporte es útil para terceros -para construir aplicaciones y servicios por encima de ella-, pero también para los propios gobiernos. El transporte es clave en la sostenibilidad de las ciudades, por lo que este tipo de información es crucial para mejorar los servicios de transporte público y desarrollar planes eficientes de movilidad urbana.
Además, la apertura de datos permite generar visores, aplicaciones, información a disposición del público para planificar de forma óptima sus desplazamientos. Poe ejemplo, el transporte público sólo será ampliamente utilizado si el servicio es eficaz y eficiente, y los usuarios tienen una experiencia positiva. Con suficiente información, los ciudadanos deben tener la oportunidad de planear su viaje por adelantado, ser conscientes de posibles interrupciones del servicio, y comprender las opciones que puedan tener.
No es la tecnología la que debe marcar la pauta, es la planificación la que debe prevalecer ante toda estrategia de movilidad inteligente, sostenible o verde. El planeamiento necesita de muchos datos para poder llevarse a cabo de forma idónea. Para que la estrategia de movilidad en una ciudad sea lo más «smart» posible, la apuesta debe dirigirse a organizar, según su importancia y trascendencia, los diversos medios de transporte: peatón, bici, transporte público-colectivo y privado. Para ello, resulta fundamental contar con datos abiertos que nos faciliten en análisis de información de cara a la planificación urbana y la movilidad en la ciudad.
A la hora de hablar de movilidad inteligente, debemos tener en cuenta los SIT (Sistemas Inteligentes de Transporte), la accesibilidad, la autonomía en la conducción y su intervención en el espacio urbano. Con datos abiertos, los sistemas inteligentes de transporte, por su parte, contemplan un abanico muy amplio de posibilidades -siempre acompañados de puntera tecnología- que abren el espectro a lo más insospechado.
Las ciudades tienden a fomentar el desplazamiento a pie, la bicicleta o el uso del transporte colectivo para reducir el tráfico y la consiguiente contaminación para los ciudadanos.
Primero se deberán favorecer las iniciativas orientadas a la peatonalización (no de las calles, sí de las acciones para fomentar el transporte a pie), como modo de desplazamiento más inteligente. La disponibilidad de información abierta en cuanto a los movimientos pendulares de los peatones, los trayectos más comunes, las «líneas de deseo» y otros factoras, favorece enormemente la planificación urbana.
En segundo lugar, la bicicleta -eléctrica o convencional- que constituye un vehículo que consume escaso espacio urbano, permite desplazarnos velozmente en la ciudad y con emisión cero, además de una contaminación acústica casi nula. Gracias a la apertura de datos en torno al número de usuarios de bicicleta, sus itinerarios, el uso que de los sistemas públicos de préstamo de bicicletas hacen, se han podido desarrollar apps como Bicimetro [www.bicimetro.es], uno de los últimos exponentes en movilidad basado en información abierta.
En tercer lugar se encontraría el transporte público, aquel colectivo, cuyas emisiones, consumo de espacio y demás variables asociadas al transporte, se encuentran compartidas (autobuses urbanos, autocares interurbanos, tranvías, metro, etc.). Éste ha de cumplir una premisa ”Transporte REC”: rápido, económico y confortable, si no es cómodo, cuesta más y tarda más, nunca se situará por delante del transporte privado. Y debe ofrecer información precisa de sus servicios, que pueda contemplarse en tiempo real de forma certera.
Por último, el transporte privado pasaría a estar a la cola de los medios de transporte óptimos para las urbes. En caso de resultar necesario, hay que abogar por aquel transporte compartido (en cualquiera de sus modalidades, car sharing y car pooling, que tanta trascendencia está teniendo actualmente) y/o por el vehículo eléctrico o al menos aquel considerado de bajas emisiones. Hay muchas plataformas para el transporte compartido, que se basan a su vez, en compartir datos.
El transporte es clave en la sostenibilidad de las ciudades, este tipo de información es crucial para mejorar los servicios de transporte público y desarrollar planes eficientes de movilidad urbana.
Un buen ejemplo en esta materia es el proyecto para liberar innovaciones de datos abiertos en movilidad para un transporte urbano más inteligente llevado a cabo por el Banco Mundial, y presentado en IODC16 (por Alla Morrison, Project Officer at The World Bank): [http://sched.co/7P05]
- Ofrece una evaluación completa de las políticas y prácticas de una ciudad para la recolección, administración, uso compartido y utilización de datos de transporte.
- Se centra en los desafíos de transporte de una ciudad y propone soluciones innovadoras basadas en datos, centrándose en estudios de casos globales.
- Ofrece recomendaciones a las agencias de transporte para obtener valor de conjuntos de datos abiertos, semiabiertos o cerrados.
- Cubre los datos del sector privado, tanto gubernamentales como relevantes.
- Se basa en el enfoque de ecosistema de estilo ODRA (Open Data Readiness Assessment): un equipo de 2-3 expertos en datos y transporte lleva a cabo un estudio e involucra a las partes interesadas en la co-creación de soluciones en una misión de una semana de duración. Las recomendaciones se entregan en un plan de acción centrado en la solución.
Con este tipo de experiencias, se logra tener un feedback continuo del ciudadano, el transporte y su utilización, para optimizar al máximo su rendimiento.
Se estima que se pueden generar entre 720 y 920 millones de dólares en todo el mundo cada año mediante la utilización de datos abiertos para desarrollar nuevas aplicaciones digitales de transporte, lo que dará un impulso significativo a la economía digital, en «Open Data Crucial to Sustainable Urban Mobility», ARUP (18/06/14).
En definitiva, si hacemos ciudades para coches, tendremos coches, si hacemos ciudades para bicis, tendremos bicis, si hacemos ciudades para peatones, tendremos peatones. Y es que, los datos del transporte son un activo valioso en las ciudades de todo el mundo, los gobiernos locales deben reutilizar sus propios datos abiertos. Debemos contar con información fiable para construir el tipo de ciudad que queramos tener. Y es que, como decía el geógrafo David Harvey, “el tipo de ciudad en que queremos vivir está ligado al tipo de personas que queremos ser”.
Fotografía de Andrew Gook
Referencias de «Open data y movilidad, no sólo transporte»
ARUP: «Open Data Crucial to Sustainable Urban Mobility» (18/06/14)
[http://www.arup.com/news/2014_06_june/18_june_open_data_crucial_to_sustainable_urban_mobility]
Bicimetro: app para recorrer entornos urbanos en bicicleta de forma segura [www.bicimetro.es]
Morrison, Alla (Project Officer at The World Bank) at IODC16:
https://internationalopendataconfer2016.sched.com/speaker/allamorrison
[Data + Transport Session: http://sched.co/7P05]