Imagina un negocio de éxito. Un modelo cuyo único campo de acción es internet. Si fuera tuyo, ¿Qué te movería a abrir una tienda física? Parece pura melancolía, pero no. Detrás de esta tendencia de volver a los orígenes, hay una justificación basada en números.
Las empresas y modelos de negocio que nacieron y viven en la red quizás no tienen, entre su prioridades, la transformación digital porque su estrategia es ya, implícitamente digital. Tienen entre sus ‘nuevas’ prioridades explorar otras fórmulas que les permita mejorar el engagement.
Es así. Muchos negocios han nacido bajo una estrategia completamente digital. Para ellos, el término Transformación Digital, no pasa de ser una obviedad. De alguna forma, su planteamiento es opuesto. Se plantean acciones enfocadas a lo puramente analógico. Acciones para ponerse cara a cara con su cliente. Acciones que les permita estrechar su relación con él.
La esencia se mantiene, es un hecho. Pero las reglas han cambiado por completo. El escenario es nuevo y cambiante. Un escenario en el que prima la relación marca-cliente. Un escenario movido más que nunca por el negocio—entendido como un conjunto de canales, productos y servicios— y en el que los procesos internos, la organización y la cultura de empresa, son claves.
¿Back to Basics? Concretemos, pues. Nada mejor que un ejemplo: La moda, y más en común, las marcas nativas digitales del sector, basan toda su estrategia en acciones que usan internet como medio. Una forma de negocio radicalmente diferente. Para el que vende y para el que compra, para los consumidores, como tú y como yo.
Somos buscadores de marcas y nos encanta escuchar todo lo que quieren contarnos. Nos gustan las historias. El storytelling motiva nuestras decisiones de compra. Como clientes tenemos poco tiempo, pero sabemos lo qué queremos y cómo lo queremos. Las marcas lo saben todo sobre nosotros o, al menos, tienen información para saberlo. No todas saben sacar partido a esta información. No todas saben cómo actuar.
Algunas son capaces de aprovechar al máximo su potencial, saben que necesitan algo más. Saben que «materializarse» es clave para dar un paso más en su estrategia y para ello, necesitan hacerlo sin asumir grandes riesgos. Una de las formas preferidas: Las Pop Up Stores. En los últimos años, este formato, presenta una clara tendencia al alza.
Varios estudios lo demuestran, uno de los principales puntos de resistencia a comprar en tiendas con presencia exclusivamente online, es hacerlo sin probarse el producto. Las Pop Up Stores, permiten salvar este gap a marcas nuevas. Permiten materializar el producto en la fase de compra.
Sin duda, este tipo de tiendas —con fecha de caducidad— son la «prueba de laboratorio» por excelencia para las marcas que quieren «materializarse». Factores como los costes, el retorno, el segmento y la temporalidad, son controlados de una forma relativamente sencilla.
¿La Pop Up Store ha funcionado? Conviértela en Pop Up Store, abriendo una tienda física permanente.
En este sentido, Amazon Books, es uno de los casos más sonados. Hace unas semanas, estrenaba su primera tienda física, en Seattle. Como comentaba su vicepresidenta «Amazon Books es una extensión física de Amazon.com. Hemos aprovechado 20 años de experiencia vendiendo libros en internet para poner una tienda que integre los beneficios de internet y lo físico».
Otro de los que «sale del armario» es Google, que abre un tienda en la que, además de vender e informar, imparte masterclass, showrooms, o eventos relacionados con Google y todo su universo. Google quiere contacto directo con su cliente. En el fondo, sus principales competidores también lo hacen y, quizás, esto haya precipitado su apertura.
No hay fórmulas mágicas, cada negocio es diferente y la Transformación Digital es un medio que aporta valor a tu cultura de empresa, a tu experiencia de cliente, la creación de producto, a las bases de tu negocio. Pero sólo eso, un medio. Ni más, ni menos. La estrategia te marca, te hace singular. La estrategia te diferencia y te hace ser lo que eres, único.
¿Back to basics? ¿por qué sí? ¿Por qué no…?
Fotografía: KHUSHBOO VYAS.